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Más allá del dolor

Por Annabel Torrealba
13 Abril 2025 
[Tiempo estimado de lectura: 8 minutos]   Jesus and the Cross


La historia de esa primera mañana de Pascua nos presenta a tres grupos de personas, cada uno de los cuales lucha con una profunda decepción: mujeres que se dirigen a una tumba llevando especias para el entierro, discípulos encerrados en el miedo y viajeros que caminan abatidos hacia Emaús. Sus experiencias reflejan nuestras propias luchas con la pérdida, el miedo y las expectativas rotas.

«Para entrar en la alegría, uno debe salir de sí mismo», escribió Pierre Gantt. Esta afirmación, simple pero profunda, captura una verdad atemporal: no podemos encontrar nuevas esperanzas mientras estemos atrapados en nuestros propios pensamientos, en un círculo vicioso de desesperación.

La historia de la Pascua entrelaza dos celebraciones antiguas. La Pascua judía conmemora la liberación de la esclavitud, mientras que la celebración cristiana marca la resurrección y la nueva vida. Esta convergencia nos recuerda que la transformación a menudo llega por caminos inesperados.

De allí que una de las preguntas más sorprendentes del texto antiguo sigue siendo relevante hoy en día: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?». Nos desafía a examinar dónde estamos buscando respuestas. ¿Estamos atrapados en viejos patrones, buscando vida en lugares de muerte? Los primeros discípulos se enfrentaron a este mismo desafío, incapaces inicialmente de ver más allá de su dolor y su miedo.

Lo cual nos lleva a una pregunta profunda que resuena a través de la tradición cristiana: «En la cruz, ¿fue Cristo quien murió, o fue la muerte la que murió en él?». Esta paradoja apunta a una verdad más profunda: que lo que parece un final puede convertirse en un comienzo. Las mujeres que fueron a la tumba esa mañana esperaban encontrar la muerte, pero se encontraron con la vida. Los discípulos que se escondían asustados encontraron valor. Los que se alejaron decepcionados descubrieron un nuevo propósito.

La historia habla de nuestra tendencia a quedarnos atrapados en círculos mentales de dolor o ansiedad. Al igual que los primeros discípulos, a menudo necesitamos algo que nos saque de estos patrones. Las «buenas nuevas» que recibieron no eran solo información, eran transformación. Las lágrimas dieron paso a la alegría, el miedo a la paz, la confusión a la comprensión.

Un momento de transformación

Esta transformación no fue temporal. Como se registra en los textos antiguos, se les prometió: «Nadie les arrebatará su alegría». Esto sugiere algo más profundo que la felicidad fugaz: un cambio fundamental en la forma en que vemos la vida y la muerte, el éxito y el fracaso, el presente y el futuro.

Ir más allá del puro racionalismo no significa abandonar la razón. En cambio, significa abrirnos a posibilidades más allá de nuestra comprensión actual. Los discípulos tuvieron que liberarse de sus creencias limitantes para abrazar una nueva realidad. Nos enfrentamos a desafíos similares cuando nos enfrentamos a las preguntas más importantes de la vida.

El mensaje de la Pascua sugiere que cultivar la alegría no depende de circunstancias perfectas. Los primeros cristianos fueron capaces de mantener la esperanza y la alegría incluso en medio de la persecución y las dificultades. Su secreto no era el optimismo, sino una convicción más profunda de que la historia no termina con la muerte.

«Cristo ha resucitado, la muerte ha sido derrotada, hay esperanza y podemos tener paz en medio de la tormenta». Esta antigua declaración sigue ofreciendo una perspectiva radical: que la paz y la alegría son posibles incluso en las tormentas de la vida. Nos invita a examinar nuestras propias vidas, identificando áreas en las que podríamos estar llevando cargas innecesarias de miedo o dolor.

La invitación sigue abierta, a liberarnos de patrones de pensamiento limitantes, a abrazar la posibilidad de la alegría incluso en tiempos difíciles y a compartir esa esperanza con los demás. La historia de la Pascua sugiere que la transformación siempre es posible, que el miedo no tiene por qué tener la última palabra y que la esperanza puede surgir en los lugares más inesperados.

La cuestión no es si nos enfrentamos a dificultades, todos lo hacemos. La cuestión es si podemos encontrar, como aquellos primeros testigos, una alegría que trascienda nuestras circunstancias y una esperanza que nos lleve a través de nuestras tormentas.


*Artículo adaptado del programa Tierra Firme titulado: Pascua de Resurrección producido por Salvador Dellutri y Esteban Larrosa.
**RTM – o Radio Trans Mundial – es la versión en portugués y español de TWR. **Un seudónimo
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