Alberto González: Cuando ser fiel significa quedarse

Esteban Larrosa, vicepresidente de TWR para América Latina y el Caribe, entrega un reconocimiento a Alberto González, exdirector de TWR Cuba, y a su esposa Miriam, en honor a su fiel servicio al Señor durante décadas de ministerio en la isla. Les acompaña Jim Munger, exdirector de TWR Estados Unidos.
Por más de seis décadas, el pastor cubano Alberto González ha servido a Dios con una fidelidad inquebrantable. Desde los campos de concentración comunistas hasta las ondas radiales de Trans World Radio, su historia es una prueba viviente de que el Evangelio no está encadenado.
Nacido en 1943 en una familia cristiana en Cuba, Alberto creció rodeado de fe y esperanza. Fue educado en un colegio cristiano, en una Cuba que aún respiraba libertad religiosa. Pero en 1959, la Revolución cambió el rostro del país, y para-Alberto, cambió también el rumbo de su vida.
Su padre, seducido por el ideal comunista, se convirtió al nuevo sistema y obligó a toda la familia a abandonar la fe. Pero Alberto, joven y decidido, se negó. “Era imposible para mí dejar la iglesia. Ya era cristiano”, cuenta. Esa decisión le costó su hogar, pero lo afirmó en su llamado.
En 1963 ingresó al Seminario Bautista de La Habana. Sin embargo, en su tercer año de estudios, fue detenido junto a otros estudiantes y enviado a las temidas UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado donde el gobierno pretendía "reeducar" a jóvenes cristianos y opositores. Allí, entre machetes y cañaverales, se vivía con hambre, sin comunicación con la familia, y bajo vigilancia constante.
Fue precisamente en una de las noches más oscuras de ese cautiverio cuando Alberto escuchó por primera vez Trans World Radio desde Bonaire. Mientras buscaba música en su radio portátil, una voz irrumpió en la oscuridad: “Esta es Trans World Radio, predicando la Palabra de Dios”. Ese mensaje no solo trajo consuelo, sino una semilla que más adelante florecería.
Tras casi tres años en el campo, Alberto fue liberado, retomó sus estudios y comenzó un ministerio pastoral que lo llevaría a servir por más de seis décadas. Fue pastor de varias iglesias, formador de líderes y presidente de la Convención Bautista de Cuba. Aunque la radio había quedado como un recuerdo lejano, un día recibió la visita del misionero Lemuel Larrosa, quien lo invitó a formar parte de TWR. “¿Por qué yo?”, preguntó Alberto. La respuesta vino del cielo: Dios no olvida a quienes le son fieles.
Alberto comenzó entonces a producir dos programas radiales para Cuba:
- Mensajes de Fe y Esperanza (5 minutos diarios), y
- Nuestro Hogar (15 minutos semanales).
Ambos programas fueron transmitidos por más de 15 años desde el exterior, llegando incluso a las montañas más remotas del oriente cubano. En una ocasión, al visitar una zona rural, Alberto esperaba encontrarse con unos pocos oyentes… pero encontró 200 personas reunidas en una cabaña, que habían caminado por horas solo para conocer al hombre que escuchaban cada noche.
El régimen comunista no hizo fácil su labor. La vigilancia, la censura, y la escasez fueron constantes. Pero Alberto nunca se rindió. Junto a su esposa y sus hijos, resistió la presión del sistema. “Solo le pedí a Dios que cuidara a mis hijos, que no se volvieran comunistas. Y Él fue fiel. Toda mi familia es cristiana.”
Durante años, recibió más de 200 cartas mensuales de oyentes que encontraban consuelo y dirección espiritual en sus programas. A pesar de las dificultades —como los constantes apagones y la reciente crisis económica— la iglesia en Cuba sigue viva. “Nunca he visto las iglesias tan llenas como ahora. El hambre ha hecho que muchos busquen a Dios”, afirma.
En diciembre pasado, Alberto y su esposa finalmente salieron de Cuba. A sus 82 años, se encuentran en Estados Unidos, pero su corazón sigue con su gente. “Oramos cada día por nuestros hermanos en Cuba. Siguen sufriendo, pero siguen fieles.”
Cuando se le pregunta cuál ha sido el mejor consejo que ha recibido en la vida, su respuesta es simple y poderosa: “Ser fiel. Aunque no entiendas. Aunque sufras. Dios siempre tiene un plan.”
Hoy, honramos a Alberto González no solo por lo que ha hecho, sino por quién es: un siervo de Dios, marcado por el sufrimiento, moldeado por la fidelidad y guiado por una visión celestial que ni la oscuridad, ni el comunismo, ni el tiempo han logrado apagar.
Foto de arriba: Cassius Smith, presidente interino de TWR Global; Alberto y Miriam González, exdirector de TWR Cuba; Annabel Torrealba, directora internacional de TWR para América Latina y el Caribe; y Esteban Larrosa, vicepresidente regional de TWR para Latinoamérica y el Caribe.
Foto de abajo: hace pocos días, Miriam y Alberto celebraron su 59º aniversario de bodas, y como organización tuvimos el privilegio de honrar su vida y legado en esta ocasión tan especial.